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viernes, 24 de febrero de 2012

Pronunciamientos militares de la historia de España

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Pronunciamientos militares de la historia de España


Un pronunciamiento militar es una acción militar, normalmente dirigida por un dirigente de alto rango del ejército, para derrocar al gobierno existente y establecer un nuevo gobierno o para obligar al gobierno a cambiar algún tipo de ley.

A lo largo del siglo XIX y XX en España hubo varios pronunciamientos militares que fueron decisivos para la evolución política de la época y del país. A continuación me dispongo a exponer dichos pronunciamientos militares.

El primer pronunciamiento militar del siglo XIX fue el efectuado en 1820 al mando del teniente coronel Rafael de Riego en la población sevillana de Cabezas de San Juan al mando de las tropas españolas que iban a embarcarse rumbo a América para derrotar a los insurgentes causantes de las emancipaciones en América. Este pronunciamiento tuvo lugar debido al descontento social y la inestabilidad económica del régimen absolutista, marcado por la crisis del antiguo régimen iniciada en el reinado de Carlos IV y agraviada por la guerra de independencia y durante el reinado de Fernando VII. La finalidad de este pronunciamiento fue que Fernando VII firmara la constitución de 1812 realizada por las cortes de Cádiz para que se estableciera un régimen liberal en el gobierno de España.



El segundo pronunciamiento militar fue el llevado a cabo en 1836 por un grupo de sargentos en el palacio real de la Granja de San Ildefonso, los cuales entraron en el palacio a la fuerza y obligaron a la reina regente María Cristina, mujer del difunto Fernando VII, a suspender el estatuto real de 1834, restablecer la constitución gaditana de 1812 y establecer un nuevo gobierno progresista al mando de Cánovas. Este pronunciamiento fue realizado debido al descontento del sector más progresista del liberalismo, provocado por la elaboración del estatuto real, que era de corte muy moderado, y por obligar la reina regente a Juan Álvarez Mendizábal, recién llegado al mando del gobierno, a dimitir.


El tercer pronunciamiento militar del siglo sucedió en el año 1854 y fue el llevado a cabo por el general O'Donnell en Vicálvaro para protestar por la corrupción y la inestabilidad de los moderados en el poder y para reclamar una serie de derechos individuales que no se incluían en la constitución de 1845, que era de carácter moderado. Todos estos derechos que se reclamaban estaban reflejados en el manifiesto de Manzanares, escrito por Cánovas y proclamado por O'Donnell. El pronunciamiento supuso el inicio de la revolución de 1854 y obtuvo apoyos de las capas populares, progresistas y demócratas y provoco insurrecciones populares en todo el país. Todo esto tuvo como resultado que la reina Isabel II mandara al general Espartero que formara un gobierno de corte progresista para que dirigiera a España.

El cuarto pronunciamiento militar del siglo tuvo lugar en el año 1868 en Cádiz al mando del almirante Topete y de los generales Serrano y Prim, los cuales se unieron el pacto de Ostende para derrocar a la reina Isabel II. Este pronunciamiento militar fue el precedente de la revolución de 1868, también conocida como la septembrina o la gloriosa, en la cual, mediante el manifiesto España con honra, critican la crisis política, económica y social y la impopularidad de la reina Isabel II, razones por las cuales se realizo el pronunciamiento y la consecuente revolución. También se reclamaba la elaboración de una constitución muy progresista y el reconocimiento de numerosos derechos individuales. El resultado del pronunciamiento y la posterior revolución fue el exilio de la reina Isabel II a Francia, la derrota de los realistas y la creación de un gobierno provisional con Serrano como regente y Prim como jefe del gobierno, que acto seguido elaboraron una constitución que satisfacía lo reclamado en la revolución y que era la más liberal hasta el momento.

Los últimos dos pronunciamientos militares del siglo XIX sucedieron durante el periodo de la primera república, en el año 1874. El primero fue el llevado a cabo por el general Pavía para disolver las cortes ante la amenaza de que los más progresistas se revelaran en contra del gobierno moderado que estaba ejerciendo Castelar, lo cual provoco la asumición de la presidencia por el general Serrano, el cual continuo realizando cambios conservadores en la república con ayuda de los liberales que no apoyaban la república federal. Debido a esta inestabilidad en el gobierno de la república, a los problemas de la guerra de Cuba, a la tercera guerra carlista y a la grave crisis financiera, el general Martínez Campos realizo un pronunciamiento militar en Sagunto que acabo con la república e impulso la restauración borbónica con el nombramiento de Alfonso XII como rey de España y el establecimiento del sistema de gobierno creado por Cánovas y expuesto en el manifiesto de Sandhurst.

El primer pronunciamiento militar del siglo XX fue el efectuado en 1923 por Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, mediante un manifiesto en el que decía que habría una dictadura militar hasta que mejorara la situación del país. Fue aceptado por la mayor parte de la población, ya que se presentaba como la solución a la tremenda crisis que afectaba a España en los ámbitos económico (depresión posterior a la primera guerra mundial), político (fragmentación de los partidos y corrupción), social(movimiento obrero y terrorismo anarquista), regional(triple alianza de vascos, gallegos y catalanes), colonial(marruecos, desastre de anual e informe Picasso) y militar(política de ascensos), e incluso por parte del rey Alfonso XIII. El pronunciamiento supuso el inicio de la dictadura de Primo de Rivera, que duró hasta 1930 y tuvo un directorio civil y uno militar. El directorio militar, formado justo después del pronunciamiento, adopto medidas como la supresión de congreso y senado, persecución de la corrupción, supresión de ayuntamientos y designación de gobernadores militares, supresión de la mancomunidad catalana o el cierre del expediente Picasso, como solución a la crisis que afectaba a España. Durante este periodo se consiguió la pacificación de marruecos y el establecimiento de la paz social y del orden público, razones por las que Primo de Rivera decide formar un directorio civil.


El segundo pronunciamiento militar del siglo XX fue el efectuado por José Sanjurjo en Sevilla en el año 1932, y destaca por ser el precursor del futuro levantamiento militar en marruecos que fue el origen de la guerra civil, ya que el golpe de estado de Sanjurjo fue rápidamente aplastado y solo triunfo en Sevilla. Ocurrió durante la segunda republica, posterior al directorio civil de Primo de Rivera, debido a la política militar del gobierno de Manuel Azaña, la cual suponía la reducción del número de oficiales, la ley de retiro, la supresión de la ley de jurisdicciones y la academia militar de Zaragoza, la reducción a la mitad del número de unidades o la política de ascensos favoritista. Las consecuencias de la sanjurjada, término utilizado para referirse al golpe de estado de Sanjurjo, fueron la suspensión de numerosos periódicos derechistas durante meses y la encarcelación de todos los participantes, en el caso de Sanjurjo a cadena perpetua en derogación de la sentencia de muerte. Después de ser amnistiado en 1934, durante el gobierno cedista, se exilio a Portugal, desde donde ejerció como líder golpista del pronunciamiento de 1936 hasta que falleció en un accidente de aviación.


El pronunciamiento militar de 1936 fue el principio de una guerra civil que duraría tres años y es el pronunciamiento militar más importante del siglo XX i posiblemente también del XIX. Comenzó el 17 de julio con la sublevación de la Legión y de los regulares de Melilla, siguió con el alzamiento de las tropas del protectorado de Marruecos al mando del general Francisco Franco el día 19 y se extendió rápidamente al resto de la península entre el 17 y el 19 de julio. El pronunciamiento fue organizado por un grupo de altos mandos del ejército desde 1935, los cuales fueron colocados en puntos alejados del centro peninsular, Goded a Baleares, Mola a Pamplona y Franco a canarias. También participo Sanjurjo desde Portugal, el cual actuó como la cabeza visible del levantamiento hasta que murió durante su traslado a España en un accidente de aviación. Las causas del levantamiento fueron esencialmente las mismas que las del levantamiento de Sanjurjo, acentuadas después de la llegada al gobierno del frente popular tras ganar a la CEDA en las elecciones y de la primavera trágica de 1936. Y la consecuencia fue el inicio de una guerra civil de tres años, que dejaría un gran coste económico, un gran número de muertes y una notable disminución de la calidad de vida de los españoles, y finalizaría con la victoria del bando sublevado, posteriormente llamado nacional, y el comienzo de una dictadura dirigida por el general Francisco Franco que duraría hasta 1975.

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